Un restaurante con vista a la pirámide más grande del mundo, sobre tierras sagradas para culturas milenarias, debe estar a la altura. Respetando el subsuelo el diseño propone un sistema constructivo ligero con cimentación superficial y sistemas autónomos energéticos. Las celdas solares traslúcidas generan electricidad mientras dejan entrar, como domo, la luz natural al restaurante, el sistema de biodigestor permite reutilizar los desechos orgánicos para la siembra del campo de rosas vecino.